El Auditorio y Palacio de Congresos y de la Ópera de A Coruña nace en el año 1989 como referente arquitectónico para albergar eventos culturales en la ciudad y es sede de la Orquesta Sinfónica de Galicia desde su creación en 1992 por parte del Ayuntamiento de A Coruña.

El edificio, empotrado en la cantera del Parque de Santa Margarita, tiene una planta semicircular y su frontispicio está formado por 32 columnas lisas, rematadas a través de un exiguo capitel en un arquitrabe sencillo. Entre los triglifos, las metopas son de cristal. También el hueco del frontón está acristalado, a semejanza con su entorno; el conjunto de columnas dejan espacio a un peristilo o deambulatorio. En uno de sus laterales, ligeramente resaltado, aparece un frontón que marca la entrada principal con seis columnas. Toda la cara está realizada con paneles de hormigón. Las fuentes recuerdan a los sifones de los acantilados.

El Palacio de la Ópera, fue en su génesis Palacio de Congresos y de ahí que, actualmente, siga contando con una sala de conferencias que posee un aforo de 425 butacas con pupitres abatibles, un escenario de 50m2 y un centro de control con habitáculos para traducción simultánea. Luego, cuatro salas de ponencias capaces de recibir grupos de entre 45 y 80 personas, hall de exposiciones, restaurante y despachos administrativos.

Diez años más tarde, Grupo TAU redactó, nuevamente, el proyecto de acondicionamiento estructural y acústico del Palacio para acoger la celebración de grandes óperas, lo que le permite compaginar los conciertos sinfónicos y los montajes operísticos y teatrales.

Todo ello, convierte al Palacio de la Ópera en un espacio polivalente de gran valor cultural para la ciudad que, desde su nacimiento, ha permitido a A Coruña poder desarrollar infinidad de proyectos y eventos culturales de primer orden que la han situado en la vanguardia cultural. De hecho, el Palacio de la Ópera es un referente a nivel nacional con una ocupación media anual de 311 días.

En los últimos tiempos, han surgido críticas relacionadas con el estado de mantenimiento del edificio que cuenta en su haber con 28 años de existencia y con muy pocos cuidados. Pero, entre las lógicas demandas de subsanación de elementos desgastados, como las butacas o el mantenimiento de cubiertas, surge mucho ruido sobre la calidad acústica del Palacio y su capacidad para albergar los conciertos de la Sinfónica de Galicia.

Entre tanto ruido, muchas veces malintencionado o gravemente desinformado, nos gustaría encontrar el intervalo perdido de silencio en el que poder aportar datos a este respecto que aclaren e instruyan a los que libremente lanzan opinión sin criterio. Que para esto de la acústica, como para todo lo demás, hay mucho libro escrito que deja sin valor a la opinión simplemente emitida desde el gusto/oído personal.

Para ello, extraeremos del libro Auditoria. La madera en 32 auditorios españoles de la editorial AITIM, los datos técnicos del Palacio de la Ópera de A Coruña, la descripción de las exigencias acústicas para las salas de audición y la comparativa con otros auditorios.

“La sala

La sala del Palacio de la Ópera tiene una enorme capacidad: 1729 asientos. Todo el escenario fue pavimentado con tarima de roble, la misma especie que forma los paramentos erguidos y techos acústicos. Dicho empanelado de paramentos verticales está resuelto con tablero aglomerado rechapado de robre de 12mm de espesor, colocado sobre enrastrelado anclado a la pared, con el que forman juntas horizontales de aproximadamente 1cm rehundidas al rastrel, rechapado éste de madera sapelly barnizada con poliuretano, especie que fue usada tanto en las salas de audiciones como en los pilares de la estancia de exposiciones contigua. (…) En el escenario se optó por un sistema de tarimas fácilmente desmontables superpuestas a un suelo técnico, lo que permite transformar su configuración y adaptarlo inmediatamente para ofrecer, de esta manera, un aspecto más apropiado cuando se desarrollan actividades diferentes a las operísticas o conciertos de la Orquesta Sinfónica.

El sistema consiste en una tarima flotante de 14 mm de espesor en piezas machiembradas de 18 cm de ancho, formadas con tres capas de madera colocadas perpendicularmente entre sí, con capa de uso en dos tablas enterizas de madera de roble acabada en barniz satinado, ensamblada y colocada sobre plancha de espuma de polietileno de 2 mm.

El falso techo acústico de madera es quizás el elemento más espectacular de la sala. Parte de 12 grandes jácenas de celosía metálica que van desde el fondo de la concha hasta el escenario. Cada celosía está formada por un empanelado vertical de roble en cara y contracara, y está interrumpida transversalmente por varias pantallas, a modo de cuñas, colocadas de forma sensiblemente vertical, forradas de un entablado horizontal de roble. Estas pantallas hacen un papel de resonadores acústicos.

En el encuentro de estas pantallas con las jácenas se coloca la iluminación. El juego de relieves de todo este conjunto de elementos forma unos casetones y logra el efecto de un artesonado, resaltado con luces y sombras muy marcadas.

El conjunto acústico se completa con pantallas en secciones troncocónicas, estratégicamente colocadas en los muros laterales.»

Exigencias acústicas para salas de audición

En cuanto a las exigencias acústicas para salas de audición, hay ciertos parámetros que definen con claridad cuáles son las condiciones óptimas de un auditorio. Entre ellas destaca el Tiempo de Reverberación de un recinto que es el lapso de tiempo que transcurre desde que cesa la señal sonora hasta que el nivel desciende 60 dB y es una medida de la permanencia de la energía sonora en éste.

A la vez, el tiempo de reverberación es una medida de las propiedades absorbentes o reflectantes de las superficies interiores del recinto. El tiempo de Reverberación óptimo de un recinto destinado a una determinada actividad depende del volumen y de la frecuencia. Para un volumen determinado, el tiempo de reverberación óptimo (tabla I) se suele recomendar para las frecuencias medias (500-1000 Hz), ajustando su valor posteriormente a otras frecuencias. Este parámetro es, sin duda, el valor que mejor caracteriza la calidad acústica de un recinto.

Otro parámetro a estudiar es la Claridad: la energía primaria, considerada como la resultante del sonido directo más la procedente de las reflexiones primarias, es un parámetro importante que determina, cuando se compara con la energía total recibida, la claridad de la sala.

Esa claridad puede determinarse estableciendo varios límites temporales a la hora de definir la palabra primaria, o a la hora de considerar las reflexiones como primeras. Por ejemplo, el límite puede establecerse en los primeros 36 milisegundos, 50 milisegundos u 80 milisegundos.

Los primeros límites se refieren más a claridad para la palabra y están relacionados con la inteligibilidad de la misma. Para la música se acostumbra utilizar la cifra de 80 milisegundos como separación de energía primaria o tardía, mientras que para la palabra el límite temporal es de 50 milisegundos.

En salas de uso para palabra y música (ópera), o sólo palabra, las contribuciones por parte de reflexiones secundarias (reverberación) son muy adecuadas por lo que se recomiendan que estén comprendidas entre -2 dB a los +3 dB para obtener un buen balance.

Para interpretaciones puramente musicales (sinfónica, etc.) se recomiendan valores de C80 de-2 dB a +2 dB.

Por otro lado, el término Brillantez se usa para indicar que el sonido en una sala es claro y rico en armónicos. Este parámetro está definido mediante la relación entre tiempos de reverberación primarios a altas frecuencias y a medias. En todos los casos la brillantez no debe sobrepasar el valor 1.

A continuación, mostramos la ficha acústica del Palacio de la Ópera de A Coruña auditada por la empresa García BBM en la que se reflejan los datos específicos de las exigencias técnicas que se han descrito anteriormente y en el que se puede comprobar, entre otras cosas, que se encuentra en el tiempo de reverberación óptimo a frecuencia media para un auditorio de música sinfónica, con un tiempo de reverberación con sala llena de 1,7 segundos. Además de encuadrarse en los límites de claridad tanto para la palabra como para la música y gozar de una brillante de 0,5, inferior al máximo recomendado de 1. Lo que lo convierte en uno de los pocos de Europa en los que se puede ofrecer con calidad acústica tanto música sinfónica como espectáculos operísticos.

Comparativas

En ocasiones, es necesario aportar datos para evidenciar cuando las críticas se convierten en agravios comparativos como está sucediendo con el Palacio de la Ópera de A Coruña.

Si cotejamos los datos acústicos del Palacio de la Ópera con otros auditorios españoles de renombre como el Auditorio Nacional de Música de Madrid obra de José María García de Paredes, el Palacio de Festivales de Cantabria de Sáenz de Oíza o el Kursaal de Rafael Moneo, comprobamos que para similares características acústicas las opiniones vertidas no han cuestionado en ningún caso su capacidad para acoger conciertos sinfónicos , mientras que el Palacio de la Ópera de A Coruña ha recibido ataques sin fundamento que sólo buscan el desprestigio.

Tomando, nuevamente, los datos del libro Auditoria. La madera en 32 auditorios españoles de la editorial AITIM, comprobamos que la acústica del Kursaal  tiene unos niveles de reverberación de 1,85 segundos para uso sinfónico, el Auditorio Nacional 1,7 segundos, al igual que el Palacio de Festivales de Cantabria, también con 1,7 segundos. Todos ellos en la línea del Palacio de la Ópera de A Coruña que llega a mejorarlos en el parámetro de Claridad.

FICHA ACÚSTICA: AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA DE MADRID

FICHA ACÚSTICA: PALACIO DE FESTIVALES DE CANTABRIA

De los parámetros acústicos de otros Auditorios que fueron solicitados para esta Auditoria, todavía no se tiene respuesta.

En conclusión, la calidad acústica de la que disfrutan los espectadores en sala, en el Palacio de la Ópera de A Coruña, está dentro de los parámetro óptimos. Si las recientes críticas vienen originadas por la reflexión del sonido en la caja escénica, espacio destinado a los músicos, éstas no se pueden hacer extensivas a todo el auditorio. Debe hacerse distinción entre ambos espacios y si es necesario, volver a plantear el ajuste y dimensionamiento óptimo en la escena, para conseguir una mejora acústica que proporcione a los músicos mayor comodidad sonora. Dichas mejoras en la concha acústica fueron ya proyectadas por Traldi , de este hecho son conocedores los maestros y directores de la Sinfónica, pero lo que desconocemos es porque no llegaron a ejecutarse en su momento.

La empresa encargada de los cálculos acústicos BBM bajo la dirección de Müller es reconocida a nivel mundial y siendo la acústica una disciplina de la Física, sus datos no dejan pensar al oído subjetivo. La acústica es así, tiempo de reverberación, brillantez, claridad…, solo falla la subjetividad de la escucha.

PD: Los recientes cambios en el material y color del Auditorio se deben, única y exclusivamente, a la elección de la concesionaria. Desconocemos el valor de absorción de las nuevas butacas y cómo afectará a la acústica de la sala y del color qué decir, imaginamos que se tratará del preferido de la concesionaria.